De acuerdo con el Programa Hidrológico Internacional de la UNESCO,la cultura de agua(o cultura hídrica,indistintamente),se define como “el conjunto de creencias, conductas y estrategias comunitarias para el uso del agua que puede ‘ser leída’ en las normas, formas organizativas,conocimientos,prácticas y objetos materiales que la comunidad se da o acepta tener; en el tipo de relación entre las organizaciones sociales que tienen el poder y en los procesos políticos que se concretan en relación con el aprovechamiento,uso y protección delagua.La cultura hídrica es la acumulación de experiencias en una memoria social poseída por todos.Así,cada sociedad y cada grupo social tienen su propia y única cultura hídrica.”
La importancia estratégica del recurso hídrico y su carácter finito ha hecho que la sociedad vaya progresivamente tomando conciencia de la necesidad de preservarlo y protegerlo, a través de un uso racional,a fin de asegurar su disponibilidad -en cantidad,calidad y oportunidad -,tanto a las generaciones actuales como a las futuras. De este modo y de acuerdo con la ANA -que la considera uno de sus principios rectores-,la cultura del agua es “una nueva base ética fundada en un cambio en la escala de valores de la sociedad que contemple el valor social,ambiental y económico del agua y nuevos principios éticos en su uso responsable y eficiente”.